La humildad es una virtud humana propia de quien ha desarrollado conciencia de sus propias limitacioneso debilidades, y obra en consecuencia. Es un valorque fomenta la empatíay la consideración hacia los demás, generando relaciones más saludables y constructivas.
Su significado es el opuesto a la soberbia, y es una cualidad que define a aquella persona que reconoce la dignidad e igualdad de todos los seres humanos. Esto hace de la humildad una cualidad relacionada con la virtud de la modestia.
La humildad puede ser una virtud independiente de la posición económica o social. Una persona humilde no se siente superior ni inferior a nadie, sino que siente el mismo respetopor todas las personas de su entorno y sabe valorar sus esfuerzos.
La persona humilde está abierta a aprender de los demás para crecer y mejorar. La humildad también se refleja en el deseo de ayudar a los demás, la generosidady la disposición a contribuir al bienestar de los demás son características de la humildad.
Sin embargo, ser humilde no implica dejarse humillar, pues la humildad no supone una renuncia a la dignidad propia como personas. No se trata de menospreciarse a uno mismo, sino de tener una actitud equilibrada y realista en relación con uno mismo y los demás.
Algunosejemplosde humildad en la vida cotidiana, por ejemplo:
- Reconocer los erroresante los demás constituye un acto de humildad.
- Una persona que actúa con humildad no tiene complejos de superioridad ni tiene la necesidad de recordar constantemente a los demás sus logros.
- Las personas humildes no se valen de sus éxitos para ensombrecera las personas de su entorno.
- Quien obra con humildad no se vanagloria de sus acciones. Por el contrario, rechaza lo ostentoso, la arrogancia y el orgullo, y prefiere ejercitar valores como la modestia, la sobriedad y la mesura.
El significado de humildad se relaciona con su origen etimológico. Como tal, la palabra proviene del latín humilĭtas, que a su vez proviene de la raíz humus, que quiere decir ‘tierra’.
La posición económica de los pobres y desfavorecidos (pobres de la tierra) suele asociarse a la palabra humildad. Una persona humilde, en este sentido, es alguien que proviene de un hogar de escasos recursos y sin mayores posibilidades de prosperar.
Cuando se dice que alguien es de familia humilde quiere decir que la persona ha nacido en el seno de una familia de pocos recursos económicos.
En determinados contextos, la humildad también puede referirse a la actitud de quien se somete a la autoridad de una instancia superior. En algunas religiones, la sumisión está asociada al temor y al sometimiento a la voluntad divina.
Por eso, comportarse con humildad implica evitar actitudes de prepotencia y optar por una actitud más acatamiento.
Características de la humildad
Como virtud, la humildad reúne una serie de características manifiestas en el comportamiento.
- Comprender la igualdad y dignidad de todos los sujetos;
- Valorar el trabajo y el esfuerzo;
- Reconocer, aunque relativizar las virtudes propias;
- Reconocer las propias limitaciones;
- Expresarse con afabilidad;
- Actuar con modestia, sencillez y mesura;
- Percibir las relaciones sociales desde la horizontalidad;
- Escuchar a los demás y tomar en cuenta sus opiniones;
- Respetar genuinamente a los demás.
Significado bíblico de la humildad
Según la doctrina cristiana, la humildad es la actitud virtuosa que se debe observar ante Dios, ante su superioridad y perfección, y en plena conciencia de que ha sido Él quien ha concedido la gracia de la existencia.
Así, en el cristianismo, humildad implica reconocer la propia pequeñez ante el misterio de la vida, aceptar la igual dignidad de todos los seres humanos y someterse a la voluntad de Dios, apreciada como buena, agradable y perfecta.
- “Revestíos de humildad hacia los demás, porque Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes”
I Pedro 5, 5.
La humildad, pues, llama a la conciencia de entender que los seres humanos somos todos iguales ante los ojos de Dios. De hecho, el mayor ejemplo de humildad en la doctrina cristiana lo constituye la figura de Jesucristo.
- “Haya, pues, en vosotros, este sentir que hubo también en Jesucristo, quien, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomó la forma de siervo y se hizo semejante a los hombres. Más aún, hallándose en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”
Filipenses 2, 5-8.